¡Ha llegado el verano! El buen tiempo incita a pasear, irse de
viaje, disfrutar de actividades al aire libre. Las madres lactantes se suelen
plantear qué pueden hacer y qué no; muchas se autolimitan innecesariamente.
Durante la lactancia se puede cuidar el
aspecto físico: pelo teñido, depilación, autobronceadores, cremas
anticelulíticas...la mayoría de los tratamientos de belleza son compatibles con
el hecho de amamantar, aunque se recomienda no aplicar cremas (tipo
reafirmantes) sobre el busto y nada sobre la areola y el pezón que son las
partes que entran en la boca del bebé. Bajo el efecto de las hormonas de la lactancia
la piel es algo más frágil y se desaconsejan las prácticas que podrían resultar
agresivas: depilación con láser (se puede probar en una zona pequeña y ver si
la piel se inflama) y tomar el sol (la piel resiste menos que en otras
circunstancias).

En cuanto a los bebés las recomendaciones
son evidentes y basadas en el sentido común: evitar las horas de máximo calor
para salir, no exponer al bebé al sol directo ni usar cremas protectoras en
menores de un año, bañar al bebé en el mar o la piscina sólo si el agua ofrece
buenas condiciones higiénicas, evitar las picaduras de insectos (usar
mosquitera), dar el pecho frecuentemente tanto para alimentar como para
hidratar al bebé.
Si excluimos a los recién nacidos, los bebés
pueden seguir el ritmo de vida de sus padres, viajar con ellos y adaptarse a
cualquier cambio siempre que se les prodigue los cuidados, el contacto y la
seguridad indispensables. Dar el pecho permite dar de comer y beber al bebé en
todas partes y en cualquier momento sin necesidad de prever nada, transportar
nada, limpiar nada...siendo precisamente la forma ideal de irse de vacaciones
con toda la familia. ¡Feliz verano!
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